Hay hojas que se enredan....
Hay hojas que se enredan
en los torbellinos de miel
(Son los torbellinos del instante).
donde el aire se endurece
y se convierte en invierno.
Cosquillas se sienten
cuando, como en un corrillo
de insectos,
dibujan letras
locas en el aire.
Pisamos las hojas
debajo de la suela,
sin conocer su viaje.
¿quien tuviera ese poder de viajar
en el incógnito?
También las hay sabias
mostrando sus arrugas
en el cuerpo.
Aplastadas están,
cuando reservan las páginas
de alguna novela.
(Las hijas del cronos vegetal
con su poder de separar las historias por la mitad).
En el cabello de alguna mujer taciturna
una hoja excitada cae de pronto.
- es la hoja del deseo-
La hoja que esquiva a la sequedad
(la solitaria)
desertora implacable de la rama y la savia,
le enseña al viento
a domesticar los papeles,
y al sol a medir la distancia
de las estaciones.
Antropomorfas son a veces
- enamoradas hojas -
que se posan sobre los cuerpos
y se cuelgan como un infante sobre las espaldas.
Guerreras se convierten
cuando flotan en la nada,
exploradoras del vacío
bajo las ranuras de los
capiteles, o escondidas de la borrasca.
Somos también como hojas.
ceñidas al tronco desde los primeros
dedos de la mano.
Con libertad de floemas rotos
hechos de sangre
esclavos de vientos invisibles.
Iván Vargas
todo un poema
para una humilde hoja
toda una aventura encierra
porque el viento al árbol despoja