Guerra de marcas

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Guerra de marcas

Cuando lo he leido no paraba de acordarme de Amando, este enlace es en su honor, jajaja.

 

http://www.xatakafoto.com/opinion/defiendes-tu-marca-de-camara-de-fotos-el-por-que-de-la-guerra-de-marcas

 

 

Muchas gracias, José Ramón. Un detalle por tu parte acordarte de mi, pero como dije el otro día, para que haya una guerra tiene que haber un enemigo/contrario. En este caso no lo hay. Sólo hay uno y uno sólo no se puede pelear con nadie.

Creo que el artículo trata demasiado en serio el tema. Un poco de sorna y algún punto de comicidad no le vendría mal al artículo.

Cierta razón tiene el artículo, como casi todos los de esta gente. Sobre todo ahora que das una patada y salen fotógrafos por todos lados. Y se lee demasiado en internet, además de la veracidad que la gente quiere dar a las opiniones. Además de que todo el mundo cree y quiere tener la razón, como se comentó el otro día. Además de cierto catetismo que se da, donde todo el mundo cree que lo suyo es lo mejor, sea lo que sea.

Un saludo.

Bueno, no estoy yo muy de acuerdo con el articulo. Me parece que el que lo ha escrito no tiene un recorrido en la fotografia más allá de lo digital. La rivalidad Nikon/Canon o Canon /Nikon vienen de más allá del inicio de la era digital, yo diria que desde el inicio del AF a finales de los '80s.

Os adjunto un maravilloso texto a modo de ejemplo que mi amigo el "Gran Pepe Roces" publicó en es.rec.fotografia:

Las monturas de Nikon.

Por PepeRoces

- Mire bien vuestra merced... que no a todos los hombres nos lleva
Dios por el mismo sendero. Y es palabra del Altísimo que no debemos de
nosotros hacer jueces.

- Calla, Sancho, y no me distraigas... Tiempo ha, velando armas, me
fue mostrada en el brillo de un lucero la altura de mi empresa. ¿Dudas
acaso, ingrato, de la veracidad de mis palabras? ¿O acaso crees,
pardiez, que no fue divina la señal que observé?

- Líbreme Nuestro Señor de dudar de vuestra gracia, y que un rayo me
parta si en mala hora lo he hecho... Mas ¿no piensa vuestra merced que
tal encargo habría de acabar a palos con las Altas Escrituras?

- ¡Calla! ¡Calla ya, o te coseré la boca con las tripas de un
gorrino! No habría de ser mala vianda: zarajo y morros, en uno. ¿Habré
de cruzar tus mofletes con un palo, o al fin te callarás?

- ...

- Ea. Mira bien, Sancho: buscaremos infieles, les combatiremos con
ímpetu y valor infatigables, y les haremos doblegarse para gloria de
nos y de nuestras monturas... Tal es la grandeza de la misión que nos
ha sido encomendada por las altas majestades divinas. Así que no
desesperes, amigo... que no son molinos, sino gigantes.

Continuaron nuestros dos héroes su camino sin contratiempo alguno
hasta que, ya bien entrada la tarde, cruzose con ellos un zagal de
extrañas vestiduras:

- Qué passssssa...

- ¡Ojo avizor, Sancho! -susurró el largirucho al oído de su rechoncho
acompañante-. Éste ha de ser, sin duda, el primero de los infieles que
la Providencia nos envía para combatir en nuestra sagrada misión...

- ¿Qué? ¿De paseo, a hacer unas fotillos?

- Dícholo has, muchacho. Eso intentamos, con la ayuda de Dios. Y veo,
sorprendido, que el mismo fin persigues con ese extraño artilugio...

- ¿El qué? ¡Ah, sí! ¿El bicho éste...? Una EOS de las nuevas. Toma,
anda, dale un tiento que te veo intrigado... Toma, coño...
Toooooooooma...

El alto repitió el susurro a los oídos de Sancho: "¡Ojo avizor!". El
joven, viendo que el espigado parecía haber perdido de repente el
interés, le tendió su herramienta al gordito. Sancho buscó aprobación
en su señor, y sólo se encontró con su mirada... "¡Ojo avizor!"

- ¿Ves los puntitos? Pues mira hacia uno de ellos, y aprieta un poco
el botón...

Sancho obedeció, y un segundo después pegó un brinco sobre el cansado
animal que montaba...

- ¡Dios nos proteja! ¡Parece de brujería!... Mirad, mirad, Señor, y
decidme si esto no será obra del Demonio... o acaso de algún ángel
divino...

- ¡Necio! ¡Trae acá, que por todo te espantas y sobresaltas! -dijo su
amo, arrebatándole el misterioso artefacto.

- Si quieres -dijo el chaval- puedes probar a disparar, a ver qué
tal...

Y lo hizo. Apretó el botón hasta el fondo, y vió que el punto al que
había mirado se había puesto rojo. Se oyó un leve zumbido, y por un
momento todo en el visor se quedó quieto. Desapareció el temblor, todo
se hizo negro, e inmediatamente aquel aparato infernal volvió a su
posición inicial. Su envergadura había contemplado muchos y variados
acontecimientos, pero aquello le hizo parpadear más veces de las
necesarias. Y creyó ver allí al mismísimo Satanás.

- ¡Aparta esto de mí! ¡Villano! No conozco qué diabólicas leyes
regirán tu instrumento, pero no habré de saberlo para dar justa cuenta
de ti y convertirte de nuevo en un hombre bueno. ¡Yo te mostraré el
camino a la pureza de espíritu!

- ¡¿A mííííííí?!  ¡Pero si soy un santo!

- ¡Blasfemia!

- ¿Qué? Mira, colega: no sólo soy un santo, sino que además estoy
convenientemente canonizado, ¿te enteras? Además, si no te gusta me la
devuelves y no te molesto más...

- Qué desfachatez... Te haré morder el polvo.

- Bueno, bueno... no será para tanto. Y por cierto: yo que tú
procuraría ir por ahí con menos humos... Que vienes hablando como si
fueras un rey... y me parece a mí que no sois ni condesas...

- ¡¡¡¿¿¿CÓMO???!!! -los ojos del larguirucho se abrieron a f:1.4-.
¿Que no somos ni condesas? ¿Que no somos ni condeesas? ¿Que no somos
Ni kondeesas? ¡¡¡¿¿¿Que no somos Nikon de ésas???!!!... ¡Vive Dios que
probarás mi acero, canalla! ¡Jamás había sufrido semejante afrenta, y
tampoco mi montura! ¡Por menos he cortado en rodajas a peleles como
tú! ¡Prepárate a luchar, y prepárate a morir! ¡Pelagatos! ¡Despídete
del mundo!...

- Oye, mira...

- ¡Encomiéndate a todos los Santos! ¡Reza lo que sepas! ¡Malandrín!
¡Respira tu último aliento, botarate!...

- Me estás mareando ya...

- ¡Contempla lo oscuro de tu muerte! ¡Ha llegado tu hora, mentecato!
¡Hasta aquí has llegado! ¡Zoquete! ¡Lamecu...

No pudo seguir. El zagal le atizó en la cabeza con una EOS1n que
llevaba en el zurrón y, a consecuencia del shock traumático, nuestro
amigo flaco sintió que perdía el apoyo de su montura (su antigua
montura) y cayó al suelo. Se golpeó de nuevo la cabeza, machacándose
la espalda y perdiendo un zapato. Tardó en conocer que yacía en el
suelo. Apenas podía moverse. Miró a Sancho, que le observaba a través
de aquél instrumento que anteriormente portaba el chaval.

- Sancho... amigo... Te veo borroso.

- Pues sepa vuestra merced que yo os veo perfectamente estabilizado. Y
eso, con un 300mm... ¡y a pulso!

Dicho esto, Sancho le devolvió al joven su 1n y partió con él sin
apenas mirar a su anterior Señor, embobado con el mundo de nuevas
prestaciones que se abría ante él. El zagal le iba contando, y Sancho
escuchaba y se santiguaba a cada paso, sonriendo como un niño. El
espigado consiguió después de un tiempo volver a incorporarse y,
tomando la antigua montura de su escudero, tornó a su hacienda
humillado, apesadumbrado y vencido.
¡Cuán desgraciada había sido su aventura! ¡En qué hora quiso
enfrentarse a aquel desconocido, a aquél que se llevó el favor de su
inseparable Sancho y que le mostró la quintaesencia de las artes!
¿Podría verse, en un futuro, obligado a seguir los pasos de aquél que
fuera su sirviente?...
No era momento de pensar en las heridas.
Era el momento de empezar a meditar...

 

Un saludo. ;-)

 
https://groups.google.com/forum/#!searchin/es.rec.fotografia/las$20monturas$20de$20nikon/es.rec.fotografia/a_fVbYMwsTc/t933iAzaHgEJ
 

El martillo Bellota, el legón también. En cámaras ya soy menos quisquilloso. Empecé con Olympus por circunstancias, y no me arrepiento, después gaste Nikon, y tampoco me arrepiento, lo de las fotocopiadoras, Amando, fue despues, y creo que tampoco me arrepiento. Total para lo que hacemos...