Harry Callahan

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Harry Callahan

 

 

Harry Callahan

 

 

 

Un americano original, fotógrafo autodidacta y uno de los primeros en hacer la fotografía estrictamente artística, Harry Callahan (1912-1999) que se convirtió en una figura importante en la fotografía americana, a fuerza de su genio y su ética de trabajo.

 “El misterio no está en la técnica, está en cada uno de nosotros”

La capacidad de Callahan para la abstracción y el ensimismamiento, convierte pequeñas briznas de hierba sobre la nieve en hallazgos.

 

  

 

«La fotografía es maravillosa porque puedes empezar con una idea, pero te pierdes en otra cosa y ahí es donde sucede lo importante». Ahí es donde habita el fotógrafo.

Nace el 22 de octubre de 1912 en la capital del motor: Detroit, Michigan. Trabaja para Chrysler cuando todavía es un adolescente pero deja el trabajo para estudiar Ingeniería en la Michigan State University, un tiempo después acaba dejando los estudios y vuelve a Chrysler y se une al club fotográfico de la empresa. En el 33 asiste a una cita a ciegas donde conoce a la que se convertirá en su mujer y principal modelo, Eleonor, que trabaja también para Chryler. Es en el mismo año en el que se casa cuando comienza a estudiar fotografía de forma autodidacta, con 26 años.

Era un hombre corriente hasta que en 1938 se compró una Rolleicord 120. En ese momento nace un fotógrafo intuitivo y metódico que logrará imágenes de una poética abrumadora.

 

  

 

En 1940 ingresa en la Detroit Photo Guild, donde conoce a Arthur Siegel quien, además de introducirle en la fotografía experimental, será una influencia constante en su carrera. Dentro de sus primeros ocho años como fotógrafo se había convertido en uno de los poetas más elocuentes de los Estados Unidos con la cámara

En 1941 tras asistir a una conferencia y taller de Ansel Adams con su amigo Todd Webb, empieza a tomarse la fotografía en serio y decide comprarse una cámara de 8x10 y, visita el Rocku Mountain State Park, regresando sin hacer una fotografía. Probablemente subyugado por la precisión de la obra de Ansel Adams, Callahan se pasa al formato 20 x 25, a la vez que realiza hojas de contacto.

Un viaje a Nueva York en 1945 resultará decisivo: conoce a todos los grandes fotógrafos del momento (Berenice Abbot, Helen Levitt, Lisette Model, Paul Strand…), entrará en contacto con la obra de Eugène Atget y visitará una gran retrospectiva de Stuart Davis en el MoMA. La influencia de este último es tal que desarrollará un trabajo de por vida al que volverá siempre torn signs, en el que fotografía fachadas de la ciudad de Chicago y el paso del tiempo por ellas.

Callahan es el monje-artista. La fotografía es su religión porque ocupa el espacio que en su juventud tuvo la fe y Szarkowski lo explica así: «La elocuencia fría y distante del trabajo de Callahan no es solo un hecho formal. Su fotografía no describe, pero encarna un mundo de valores morales, un mundo que aspira al orden perfecto».

 

 

 

Fotografía a su mujer, a su hija, aparecían en las fotos de paisajes como contrapunto a las grandes extensiones de los parques, línea del cielo o el mar, así como de las calles, las escenas y los edificios de las ciudades donde vivió, mostrando un fuerte sentido de la línea y la forma, de la luz y la oscuridad y la vida en las calles. El papel de su mujer en sus fotografías es esencial, la fotografía en todas partes en casa, en las calles, sola… experimentando y jugando con los tiempos de exposición, jugando con varias exposiciones, desenfoques. Estas imágenes de intimidad, comienzan hacia finales de los años cuarenta, en formato 20 x 25. A través de ellos el espectador se asoma a la vida privada del artista.

 

         

 

Tomaba numerosas fotografías que revela por las tardes haciendo contactos de sus mejores tomas y aún así, su propia estimación de copias finales que puede producir al año no llega a la decena. En alguna ocasión comenta de los 40000 negativos que puede llegar a tener hasta el momento, habrá como unas 800 fotos como mucho que sean de su agrado.

En 1946 la revista Minicam Photography publica su obra por primera vez. Moholy-Nagy (a quien conoce a través de Arthur Siegel) le contrata para que dé clases en el Institute of Design de Chicago, donde dará clases hasta que se jubila en el 77.y de esta manera entra en contacto con el grupo de la New Bauhaus, con los que comparte la idea de la fotografía como expresión artística y el afán de experimentar con ella.

Un año después 750 Studio Gallery, en Chicago, celebra su primera exposición individual. Conoce a Edward Steichen. Éste lo incluirá en la exposición In and Out of Focus (1948) y en la inmensa The Family of Man (1955). En 1962 éste quiere exponer la obra de Callahan y Robert Frank, esta vez en la última muestra del proyecto Diogenes with a camera. Frank se negó a aceptar ese título y la exposición terminó llamándose Photographs by Harry Callahan and Robert Frank. No obstante, el sello Steichen era tal que el propio Callahan afirmó «Steichen siempre hace exposiciones Steichen».

Trabajó con exposiciones múltiples y otras técnicas como desenfoques y película de pequeño o gran formato. El trabajo de Callahan fue una respuesta muy personal a su propia vida: era muy conocido por animar a sus estudiantes a convertir sus cámaras en sus vidas, y él mismo daba ejemplo con su vida.

 

   

 

Las escenas tomadas de la ciudad, principalmente en Chicago en los años 40´s y hasta los años 60´s, con la mira puesta en la arquitectura de los rascacielos, desde ángulos dramáticos y también imágenes del centro de la ciudad con los compradores de los comercios capturados por él, sin mucha gente que les rodeara, parecen preocupados, incluso ansiosos. En todas esas tomas había utilizado un teleobjetivo para que las personas no fueran conscientes de que su imagen había sido tomada.

 

  

   

 

También tomó algunas de esas fotos en color, dijo una vez: …"la fotografía en color es como beber martinis, es un gusto difícil al principio, pero buenos una vez que te acostumbras a ellos." Callahan trabajó más ampliamente con el color a partir de los 70´s.

 

 

 

 

Muchos de sus paisajes son de playas y dunas en Cape Cod y tienen una luz casi sobrenatural que brilla por encima de la arena y las hierbas. También favorece a los árboles, especialmente en invierno cuando la nieve ofrece un marcado contraste con las negras ramas, sin hojas. Son fotografías a la vez realistas y abstractas.

 

   

 

1950 vuelve a ser un año importante. Es nombrado director del departamento de fotografía del Institute of Design, realiza dos cortometrajes en 16mm —Motions y People walking on the Street— y nace su hija Bárbara. Ese mismo año realiza la gran serie Women Lost in Thought y refleja el ensimismamiento de los seres humanos al caminar por las calles de la ciudad. En estas imágenes emplea una cámara de 35 mm: evita toda presencia del entono, forzando un estricto primer plano; los rostros de las mujeres retratadas están en un espacio aislado y cerrado. Anula la acción para concentrarse en el interior y tira de los blancos y negros hasta el extremo para elaborar un cuerpo de trabajo potente, dramático, colosal.

   

     

 

El Graham Foundation Award le permite trasladarse a Francia, donde permanecerá hasta julio de 1958. En 1964 aparece su primera gran monografía, Photographs, Harry Callahan de la mano de El Mochuelo Gallery, (Santa Bárbara) y a partir de este momento recibirá todo tipo de distinciones, que culminan con la adquisición de todo su archivo por el Center for Creative Photography de Tucson, Arizona. En 1977 abandona la enseñanza para dedicarse sólo a la fotografía y a viajar con su familia. Tras la retrospectiva de su obra en blanco y negro que organiza el MoMA, trabajará sólo en color, con el que llevaba años experimentando (haciendo fotos e imprimiendo con el sistema de dye transfer). En 1978 es seleccionado para representar a Estados Unidos en la Bienal de Venecia y, un año después, elegido miembro de la American Academy of Arts and Science. Al premio a toda una carrera de la Academy of Fine Arts de Chicago (1992) se unen la Edward Mac Dowell Medal y la National Medal of Arts, que le conceden un año más tarde.

Muere el 15 de marzo de 1999 en Atlanta, dejando atrás unos 100.000 negativos y sobre 10.000 hojas de contacto, la gestión y mantenimiento de su archivo queda al cargo del Center for Creative Photography de la Universidad de Arizona.

“Para ser un fotógrafo, uno debe fotografiar. Ninguna cantidad de libros estudiados, seminarios a los que se ha asistido pueden sustituir al simple hecho de hacer fotos. La experiencia es la mejor de las enseñanzas. Y por ello no hay garantías de que uno se convertirá en un artista, sólo el camino importa”

 

«Creo que todos los artistas o casi todos intentan sin cesar llegar hasta el borde de la nada, donde resulta imposible ir más lejos»

 

 

 

 

 

 

Fuentes:

http://blog.madphoto.es/2013/08/fotografo-del-viernes-harry-callahan/

http://www.cadadiaunfotografo.com/2010/01/harry-callahan.html

http://www.coleccionesfundacionmapfre.org/artistas/harry_callahan

http://fotolamm.blogspot.com.es/2012/03/harry-callahan-fotografo-estadounidense.html

 

Para saber más:

http://www.20minutos.es/noticia/1184470/0/harry-callahan/fotografia/exposicion/

http://sientateyobserva.com/tag/harry-callahan/

http://arocenablow.blogspot.com.es/2012/01/harry-callahan-fotografia.html

http://www.lomography.es/magazine/lifestyle/2011/05/11/fotografos-del-siglo-xx-harry-callahan

Videos:

http://www.fundacionmapfre.org/fundacion/es_es/cultura-historia/multimedia/encuentros-historia-fotografia-siglo-xx-imagen-de-la-experiencia/harry-callahan-ciclo-fotografia.jsp

 

Una vez más, thanks. Esta vez los comentarios se acercan más al común de los mortales....hasta algunos torpes como yo los medio entienden....